Wednesday, November 29, 2006

9. Hay que salvar a Edgar. Segunda Parte

Nada mas conseguir arrancar la cosechadora me metí entre un pinar. Corté algunas ramas para echarlas por encima de la cosechadora, con el fin de camuflarla, también ayudaba que el color de la cosechadora era verde. A la niña también me vi obligado a camuflarla. Entonces puse la cosechadora en dirección del clup nocturno. La cuesta arriba ahora es cuesta abajo ( como veis lo tenía todo calculado). Cuando gozaba de cierta velocidad apagué las luces y el motor, y me dispuse a adelantar al pelotón de gente que se acababa de despedir de mí, que volvían al clup por la carretera. Mi plan case se va al traste cuando por error puse el intermitente para adelantar a la muchedumbre. Nadie se dio ni cuenta, iban hablando y mirando las estrellas disfrutando del paseo. Puede que me viera uno de los amordazados que salieron de un maletero, pero no pudo decir ni pío. Para aplastar el coche donde se encontraba Edgar, debía aplastar algún otro coche que se encontraba al lado, además ya no tenía muy claro cual era el coche donde se encontraba Edgar, así que decidí aplastar todos los coches del parking.
Me propuse machacar toda la fila de coches en la que se encontraba Edgar. La primera intentona resultó fallida, pues el cacharro que tiene delante la cosechadora la impedía elevarme sobre el resto de vehículos y aplastarlos. Tenía que hacerlo marcha atrás, y la marcha atrás nunca se me dio bien, así que pasé por encima de la fila de vehículos haciendo eses. Algunos maleteros se abrieron, otros se cerraron de tal manera que jamás volverían a ser abiertos. Desde arriba ( estoy en una cosechadora) el panorama era desolador . Edgar tenía un alto porcentaje de haber muerto. Como no había nadie dentro del Club ( se puede poner con p y con b, de las dos formas lo he visto, y con la prefijo puti- que le otorga al club mas caché, como las estrellas michelín a los restaurantes), me extrañó ver que la puerta se abría. Tras ella....Edgar fumando como un descosido. Que alegría, me sentía como el ganador de gran hermano cuando se abre la puerta y todo el mundo le está esperando, y sentada en un taburete está Mercedes Milá. ¡¡ Edgar, Edgar soy yo el señor¡¡¡.- Señor que hace allí arriba-, - Espera que bajo a darte un abrazo-. Edgar creía que te había matado. Pero, ¿ como pudiste salir del maletero del coche?. – Señor, me entró el mono de fumar y moví el respaldo del asiento de atrás del coche, así accedí al habitáculo y al ver que no había nadie en el exterior, salí, entré en el Club y busqué desesperadamente que fumar. – Edgar y en tu búsqueda encontraste algo que comer, porque tengo un hambre que ni te cuento. – Si señor en la parte de atrás hay unas taquillas y dentro hay muchas cosas-. – Oigo a la gente, que ya vuelve, Edgar entra y coge todo lo que pilles de comer, yo iré colocando la cosechadora en posición de fuga. A lo lejos le murmullo de la gente se acercaba. La cosechadora en la maniobra de aplastar coches había perdido la mayor parte del camuflaje. Escribí 23 papelitos con los datos de mi coche y con mi teléfono, además de una pequeña disculpa, " Al maniobrar creo que dí a su coche causándole pequeños desperfectos. Lamento los daños." Los papelitos los fui colocando en los limpiaparabrisas de los coches aplastados. Algunos coches no tenían limpiaparabrisas y los dejé donde pude. Edgar salió corriendo y le dije que se agarrara a la niña que en la cabina no había sitio. No hicimos ruedas como en las películas. La gente al ver los coches aplastados aumentó su velocidad, nosotros acabábamos de emprender la fuga. No se muy bién quien iba mas rápido si la cosechadora, o la gente enfadada. Por la información que me daba Edgar la gente ( Edgar y la niña estaban sentados mirando para atrás). " Señor a mi juicio es el momento de pasar al plan B, y espero que no entre esta cosechadora en el plan B". – . A la gente le había dado tiempo a llegar al parking, ver todo, a enfadarse, a cargar las armas, a descansar y a volver a salir corriendo ahora en dirección a la cosechadora. La gente que va a los club suele ser gente muy atlética y en forma, atributos que camuflan en cuerpos que dicen todo lo contrario. El móvil empezó a sonar pero solo dos veces porque se le acabó la batería. La cosechadora ya estaba totalmente rodeada de gente. Y soy de esas pocas personas que como mejor se desenvuelven es con presión.

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